¿Qué es el triage veterinario?

El triage veterinario es la clasificación que nosotros normalmente hacemos para determinar si nuestra mascota está en una urgencia o en una emergencia.

Esto nos ayuda a determinar qué tan grave está, para saber cuál es su pronóstico, si es reservado, si es bueno o es malo y cual es la severidad de los síntomas que está presentando nuestra mascota.

Es muy importante que aprendas a clasificar a tu mascota para que sepas en qué momento tienes que salir corriendo al veterinario o si tienes algunos minutos u horas para actuar en tu propia casa.

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Tabla de Contenido

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    Lo primero que vamos a determinar, es la categoría. ¿Es muy urgente? Si es así, debemos reaccionar de inmediato porque si no, nuestra mascota podría llegar a morir. En este caso la rapidez es fundamental y estés donde estés, debes jugar un papel importante, porque no vas a alcanzar a llegar a un veterinario.

    Un ejemplo de un caso urgente es un paro cardiorrespiratorio. Si tu perro entró en paro cardiorrespiratorio, no puedes esperar a llegar hasta la veterinaria ¡Tienes que ayudarlo ya!

    La segunda prioridad, es en la que sí tenemos oportunidad de llegar a la veterinaria en unos minutos. Puede ser por las cortadas que tenga el perrito, para lo cual podemos parar la hemorragia en casa y nos da el tiempo para ir a la veterinaria para que sea visto por nuestro profesional en la salud animal.

    La tercera prioridad es en la que tenemos horas para atender, es decir, que no es una emergencia. En este podemos esperar un poquito e ir a la veterinaria de confianza, así sea un poco lejos, pero tendremos oportunidad de actuar.

    Y por último, la cuarta prioridad es la negra, es decir, que ya no hay nada qué hacer. Simplemente el paciente pasó de estar en una prioridad roja a estar estar en una prioridad negra, es decir, cuando lamentablemente, nuestro perrito ya falleció.

    Debemos tener en cuenta que las posibilidades de que nuestra mascota pase de un riesgo rojo a un riesgo negro son muy rápidas y si podemos actuar en el momento indicado, vamos a evitar llegar a esta lamentable prioridad negra en pocos segundos y justamente uno de los propósitos de este artículo es enseñarte a actuar de manera adecuada en ese momento.

    Te quiero contar algunos ejemplos de prioridades rojas y de prioridades verdes.

    Recordemos que las prioridades rojas son las más rápidas que tenemos que atender, entonces, tenemos:

    • El paro cardiorrespiratorio
    • Dificultad respiratoria por ahogamiento
    • Hemorragia profusa con sangrado muy rápido
    • Síncope o desmayo
    • Traumas mayores por golpes y pérdida de conciencia

    En la segunda prioridad tenemos una hemorragia leve, por ejemplo, cuando solo se corta una uñita y está saliendo un poquito de sangre, esto claramente no es una emergencia.

    Ahora, también tenemos las convulsiones y poco a poco iremos aprendiendo que las convulsiones tampoco son una emergencia. Es decir, tenemos tiempo de atender a nuestro perrito desde la casa y luego sí podremos asistir al veterinario.

    En el caso de los vómitos y las diarreas crónicas también podemos esperar mientras llamamos o nos acercamos a la veterinaria.

    Otra cosa que tampoco es una emergencia es cuando tu perro presenta una cojera o una paraplejia, es decir, que deja de mover los miembros posteriores, sus patitas.

    Entonces ¿Cómo podemos clasificar a nuestra mascota?

    Primero: Tienes que tomar las cosas con calma. Esperar y reaccionar de la manera adecuada.

    Segundo: Si estamos en la calle o en el tráfico, por ejemplo en un accidente de tránsito, debemos separar a nuestra mascota de aquél lugar. Debemos alzar si se puede o correrla de aquél lugar de alto flujo de tráfico. Si está cerca a un veneno o si está cerca a una piscina también debemos alejarla para evitar accidentes.

    Tercero: La clasificación ABCD que vienen a ser los tips más importantes que vamos a manejar:

    En la A, vamos a evaluar toda la parte de la boquita de nuestra mascota. Tenemos que abrir su boca, revisar que no tenga ningún huesito, espina o algo enterrado, que sus mucosas orales estén de coloración normal. Recuerden que deben ser rosaditas. Vamos a revisar sus vías respiratorias, que no tengan ningún tipo de sangrado en la boca. Vamos a revisar que sus dientes estén completos.

    En la B, vamos a revisar toda la parte de la respiración, que sea espontánea, que esté manejando arriba abajo, arriba abajo su tórax. Debemos buscar que no haya escapes de aire. Puedes acercarte a su tórax y escuchar si tiene alguna fuga de aire. Debes tocar a tu mascota y así saber si se siente aire en medio de las costillas o de la piel. Si se sienten burbujas o algo parecido podremos tener esa información lista para cuando lleguemos a nuestra veterinaria.

    En la parte C vamos a revisar el pulso de nuestra mascota. Es importante que sepas que el pulso se puede tomar en varias partes. La primera es directamente en el corazón. La segunda la podemos tomar como la tomamos en los seres humanos, en la manita y la tercera parte está dentro de la patita de atrás, dentro del músculo.

    Es importante escuchar o sentir si tiene el pulso y si no lo tiene, ya sabremos que estará teniendo una parada cardiorrespiratoria.

    Debemos revisar el color de la mucosa nuevamente y revisar si está morada por falta de oxígeno. Si está pálido puede deberse a que está perdiendo mucha sangre.

    La temperatura de la piel debe estar en constante revisión, saber si está muy caliente o muy frío, por lo que si no tenemos un termómetro a la mano, podemos tocar las encías, o en la parte interna de las patitas. Si encontramos que está muy fría, debemos encontrar la manera de darle calorcito.

    Y para terminar, la D, es la evaluación un poco más neurológica. Vamos a revisar las pupilas donde revisamos si tienen el tamaño normal, están más grandes o más pequeñas de lo normal.

    No hay ningún problema si están totalmente grandes, es posible que sea por el estado en el que se encuentra, lo que sí es importante es poder diferenciar el tamaño entre grandes o pequeñas.

    Si es pequeña, es posible que tengamos un daño neurológico importante y es algo que debemos decírselo al veterinario. Es muy importante avisar sobre los síntomas clínicos que está presentando nuestra mascota.

    Es importante revisar si nuestra mascota está inconsciente y esto lo haremos llamándola por su nombre esperando una respuesta positiva. Si no es así, si no responde, podemos realizar un pequeño pellizco, pretendiendo estar atentos a alguna reacción por dolor. Si responde al dolor, es una buena señal.

    Conclusión

    Los diferentes tipos de riesgo nos ayudan a entender realmente cuáles son los pasos que debemos seguir y de qué manera debemos actuar. Lo más importante es siempre estar tranquilos, tener calma y manejar la situación para que nuestra mascota siempre salga de las situaciones que se pueden presentar.

    Siempre recomendamos tener un médico veterinario de confianza que sepa el historial médico de nuestra mascota y así pueda recibir siempre la mejor atención.

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